El verano castiga el cabello debido al exceso de sol, el cloro de las piscinas, la humedad del cabello favorecido por los típicos recogidos… Y, además, aún seguimos castigando el cabello con el uso frecuente de tintes, el exagerado uso de los secadores y planchas de pelo... Todo ello revierte, finalmente, en un pelo empobrecido, seco y con falta de brillo.

El miedo y la ansiedad es parte de la vida. Puedes sentirte ansioso antes de presentar una prueba o al caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil, ya que te permite estar más alerta o ser más cuidadoso. Suele terminar poco tiempo después de que salgas de la situación que la provocó.

El adobo, que en la antigüedad se utilizaba también para disimular el gusto de las carnes que empezaban a descomponerse, hoy tiene una finalidad diferente: realzar el sabor de nuestras recetas, ya sean con aves, pescados o carnes rojas.

Además de las cuestiones de sostenibilidad, existen otros puntos importantes a la hora de ducharse que afectan directamente a nuestra piel. Un equilibrio entre todo ello, daría como resultado una ducha biosostenible y respetuosa por la piel. Aquí van algunos consejos para conseguirlo:

El verano nos ha dejado bonitos recuerdos, largas jornadas de relax, sesiones intensivas de sol y playa, una piel relajada, sin estrés y con buen tono. Pero, como cada año, también nos deja algunas huellas en nuestra piel tras la exposición a demasiados agentes externos.

La AROMATERAPIA CIENTÍFICA, abre un sinfín de posibilidades para el cuidado del cabello y el cuero cabelludo. A través de la aplicación de aceite vegetales  vírgenes, macerados de plantas y aceites esenciales podemos actuar a diferentes niveles.

La esencia es la sustancia aromática natural que elaboran las células secretoras de los vegetales en forma de múltiples moléculas aromáticas de distinta composición química. Estas sustancias son en cierto modo “entidades vivas”, resultado de complicados procesos bioquímicos que se dan en los vegetales con un objetivo biológico determinado.

Es un plato muy refrescante, digestivo y bajo en calorías para combatir el calor del verano. Podríamos destacar que la sopa de melón es el suero fisiológico del verano, ya que es muy alcalinizante para el organismo, por su elevado aporte de agua, minerales y oligoelementos junto con vitaminas del complejo B. 

Llega el verano, salimos a la terraza… y las ventanas se abren para buscar el frescor de la noche. Pero, además de la fresca… nos podemos encontrar con los molestos mosquitos que nos pueden arruinar una velada fantástica o una plácida noche.

El aguacate aporta al plato muchísima vitamina E y ácidos grasos esenciales, que son de especial interés para combatir la oxidación celular. De esta forma, el plato se convierte en un gran aliado para luchar contra el envejecimiento cutáneo; acción muy interesante en verano para contrarrestar el efecto de los rayos del sol en la piel.