Reconstruir el manto hidrolipídico, para disminuir la sequedad cutánea y combatir la piel atópica, seca o muy seca. 

Los ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES son fundamentales para la salud de la piel. Pero ¿a qué llamamos “esenciales”?; pues bien son aquellos que nuestro organismo no puede producir y tienen que ser incorporados a través de los alimentos que los contienen. Este tipo de ácidos grasos son necesarios para el funcionamiento normal de las células, los tejidos, las glándulas y los órganos; su deficiencia lleva a un deterioro progresivo de la salud y con ello también de la piel, reflejo  de nuestro estado nutricional. Además podemos incorporarlos, también a través de la piel, con ello enriquecemos la epidermis con este tipo de ácidos grasos esenciales, potenciando la vitalidad del mayor órgano del cuerpo humano.

Los aceites vegetales auténticamente vírgenes, es decir aquellos que se han obtenido sin ningún tipo de calentamiento, que pueda afectar a la frágil estructura de este tipo de moléculas esenciales, son una rica fuente natural. Los diferentes aceites vegetales se caracterizan por contener en su composición diferentes ácidos grasos en su fracción saponificable, pero además  cuando se trata de aceites vegetales auténticamente obtenidos en frío contienen también una fracción insaponificable, en la que podemos encontrar diferentes vitaminas de naturaleza liposoluble, esteroles vegetales, compuestos fenólicos….etc, además de conservan toda su fracción oligo-mineral. 

Si queremos aprovechar todo el valor terapéutico y cosmético que poseen los aceites vegetales  es fundamental que procedan de 1ª presión en frío del fruto o  semilla deseado,  es decir que no se hayan extraído con calor, con solventes químicos, o refinado.

En un aceite vegetal virgen se conservan intacta la estructura molecular de los ácidos grasos  esenciales de los que está compuesto. Consecuentemente cuando aplicamos en la piel esta calidad de aceites vegetales vírgenes, podemos apreciar los siguientes aspectos. El aceite vegetal  virgen es absorbido rápidamente por la piel sin dejar residuo graso.  A medida que aplicamos estos aceites vegetales vírgenes podemos apreciar que con la aplicación diaria y el tratamiento continuado la piel va recobrando progresivamente la capacidad de retener agua, disminuyendo la pérdida transdérmica de ésta. De este modo aumenta progresivamente el nivel de hidratación, la piel se regula y disminuye así la sequedad cutánea. De esta forma podemos combatir de forma eficaz la sequedad cutánea, ayudando enormemente a las personas de piel seca, muy seca, con descamación e incluso con piel atópica. 

Para favorecer la piel seca, muy seca o atópica, podemos destacar los siguientes aceites vegetales vírgenes: tamanu o calófilo, aguacate, baobab, nuez de macadamia, borraja, granada y espino amarillo.

Producto recomendado,  A-TOPIC NATUR®

Maribel Saíz