Nutriterapia para el bebé
Qui, 18/05/2017 - 00:00
El proceso de aprendizaje de los correctos hábitos alimentarios en los primeros años de vida es de gran importancia para asegurar un buen estado nutricional, un crecimiento óptimo y poder adquirir hábitos saludables para la vida adulta.
Durante los primeros 6 meses, el lactante se alimenta exclusivamente de leche materna o de fórmulas lácteas; transcurrido este tiempo se van introduciendo el resto de alimentos de FORMA LENTA, PROGRESIVA y EN PEQUEÑAS CANTIDADES, respetando un margen de entre 3 y 5 días entre cada nuevo alimento para poder observar la tolerancia del bebé a ese alimento.
Recomendaciones generales de aspectos a tener en cuenta en la alimentación del bebé a partir de los 6 meses:
SAL: Evitar la sal en las preparaciones culinarias, así como evitar los alimentos que la contienen como son verduras en conserva, sopas de sobre, condimentos para salsas, encurtidos, jamón curado o salado…
AZÚCAR: Evitar añadir azúcar, miel, melazas y otros edulcorantes naturales o de síntesis en los alimentos de los niños.
CARNE: Según la evidencia científica actual, sobrepasar las cantidades recomendadas de carne, pescado o huevo, que os indica vuestro pediatra, en niños de 1 a 3 años, favorece al sobrepeso y obesidad en la edad adulta.
GLUTEN: Según la evidencia científica actual, no hay edad en la que se puede ofrecer el alimento con gluten, por lo tanto, se puede ofrecer a partir de los 6 meses.
CEREALES Y HARINAS INTEGRALES : Los puedes introducir en la dieta de tu bebé ya que son los más ricos en nutrientes que los cereales refinados.
AMBIENTE: Comer de forma relajada, en un ambiente tranquilo y agradable facilitará la introducción de nuevos alimentos.
GUARDERÍA: Conocer el menú de la guardería, le facilitará completar nutritivamente la dieta diaria con la merienda y cena en casa.
MAL COMEDOR: Evitar forzar al niño a comer y evitar restringir de forma repetitiva el acceso a algunos alimentos que pide el niño. El niño tiene mecanismos de auto regulación sobre la ingesta, al mismo tiempo el mantener la actitud restrictiva hacia algunos alimentos puede generar un excesivo interés por parte del niño a ese alimento.
VARIEDAD: Promover la variedad alimentaria en la dieta del niño. Incorporar alimentos de calidad, de temporada, locales y de proximidad. Las edades entre 1 y 3 años es cuando el niño tiene mayor receptividad a probar nuevos alimentos de distintos sabores, texturas, hortalizas crudas, cocidos…
JUEGO: Dejar que el niño toque, aplaste los alimentos, se ensucie con ellos, los pruebe… facilitará que el niño despierte su interés hacia la nueva alimentación.
LA MESA: Enseñar al bebé a masticar, saborear, conocer los distintos sabores (acido, salado, dulce, agrio), además de propiciar un ambiente agradable, ayudará a crear buenos hábitos alimentarios.
EJEMPLO: Los niños imitan lo que hacen los padres, por lo tanto, estos deben seguir una dieta variada y equilibrada. Será difícil que un niño coma fruta o verdura si sus padres no las comen.
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